domingo, 13 de octubre de 2013

Venganzas femeninas

Venganzas femeninas

¿Existen las venganzas femeninas? ¿Tú crees que hay actitudes femeninas que pueden catalogarse como "venganzas". Veamos ejemplos de esas actitudes tomadas por algunas mujeres.

Venganza femenina 1

Un hombre que siempre molestaba a su mujer, pasó un día por la casa de unos amigos para que lo acompañasen al aeropuerto a dejar a su esposa que viajaba a París.

     A la salida de inmigración, frente a todo el mundo, él le desea buen viaje y le grita:

- Amor, no te olvides de traerme una hermosa francesita.

     Ella bajó la cabeza y se embarcó muy molesta.

     La mujer pasó quince días en Francia. El marido otra vez pidió a sus amigos que lo acompañasen al aeropuerto a recibirla. Al verla llegar, lo primero que le grita a toda voz:

- Y, amor ¿me trajiste mi francesita?

     La mujer le replica:

- Hice lo posible, ahora tenemos que rezar para que nazca niñita.


Venganza femenina 2

Paseando por la playa, la esposa le pide al marido que le compre un bikini. Él le contesta:

- Con ese cuerpo de máquina lavadora, ni pensarlo.

     Siguen caminando y ella insiste:

- Entonces, cómprame un vestido.

     Y él le responde:

- Con ese cuerpo de máquina lavadora, ni pensarlo.

     En la noche, ya en la cama, el marido se da vuelta hacia su mujer y le pregunta:

- ¿Qué te parece si echamos a andar esa máquina lavadora?

     Y la mujer, con desprecio, le contesta:

- ¿Para la lavar este trapito? Lavalo a mano que da menos trabajo.


Venganza femenina 3

Una viejita pregunta a su marido moribundo:

- Muy bien, después de 40 años de casados, sacame de una curiosidad ¿me has engañado alguna vez?

- Si querida, una sola vez. ¿Recuerdas la secretaria que tenía cuando trabajaba en la fábrica, Margarita se llamaba?

- Si, la recuerdo.

- Pues ese cuerpo fue todito mío.

     Segundos después, él le pregunta:

- ¿Y tú, viejita, me has engañado alguna vez?

- Sí mi viejito, una sola vez. ¿Recuerdas cuando vivíamos frente al Cuerpo de Bomberos?

- Sí me acuerdo, contesta el moribundo.

- Pues aquel Cuerpo fue todito mío.


Venganza femenina 4

El marido, en su lecho de muerte, llama a su mujer. Con voz ronca y ya débil, le dice:

- Muy bien, llegó mi hora, pero antes quiero hacerte una confesión.

- No, no, tranquilo, tú no debes hacer ningún esfuerzo.

- Pero, mujer, es preciso -insiste el marido. Es preciso morir en paz... Te quiero confesar algo.

- Está bien, está bien. ¡Habla!

- He tenido relaciones con tu hermana, tu mamá y tu mejor amiga.

- Lo sé, lo sé, y no te preocupes -le dice la mujer. Pero yo también te quiero confesar algo. ¿Recuerdas que el médico dijo que creía que alguien había puesto arsénico en tu comida?

- Sí, mujer, lo recuerdo.

- ¡Pues tenia razón!


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